De "Cuentos morales para niños formales"
Yo soy Juaco el ballenero
que hace veinte años me fui
a pescar ballenas gordas
a dos mil leguas de aquí.

Enorme como una iglesia
una por fin se asomó,
y el capitán dijo: “¡Arriba!
“Esa es la que quiero yo”.
Al agua va el capitán
con su piquete y su harpón,
lavándose antes lo ojos
con unos tragos de ron.
Al verlo alzar la botella
se consumió el animal,
y dieron vueltas y vueltas
sin encontrar ni señal.
Cuando de repente ¡zás!
da el pescado un sacudón
y barco y gente salieron
como bala de cañón.
La luna estaba de cuernos
y hasta allá fueron a dar,
y como jamás han vuelto
debiéronse de quedar.

Cuando vayas a la luna
busca a mi buen capitán
con su nariz de tomate
y su barba de azafrán.
Dile que este pobre Juaco
no lo ha podido ir a ver
porque no sabe el camino
ni tiene un pan qué comer.
Y si viniere un correo
de la luna para acá.
mándame una limosnita
que Dios te la pagará.