Las fábulas han sido siempre un género muy adecuado para mostrar a los niños y jóvenes determinados valores, virtudes y vicios.
La acusación de ser una moral excesivamente utilitarista y práctica hizo que casi durante la segunda mitad del siglo XX se desestimasen como instrumentos educativos y llegasen casi a desaparecer de nuestras aulas. El ejemplo que se utilizaba como argumento era la conocida de la Cigarra y la hormiga. La recolección de granos dejaba a las hormigas libres del hambre del invierno, mientras que la cigarra, dedicada a cantar desde el amanecer a la noche, no aportaba nada productivo y terminaba desencadenando su muerte al final de la historia.
Fue entonces cuando los moralistas se dieron cuenta que en la cigarra no estaba reflejada la dignidad del arte y que la hormiga era egoísta y nada solidaria. Olvidan que las fábulas son un instrumento para persuadir, un procedimiento o recurso didáctico, con narraciones a veces tan abiertas en sus diversos sentidos, que en fabulistas de mentalidades diferentes la misma historieta ha sido utilizada para moralejas diferentes.
Valores como la amistad, el amor, la solidaridad, la honestidad, la prudencia y el respeto, han sido plasmados en las fábulas desde la antigua Grecia con fines educativos. Aquí encontrarás una selección de diferentes autores agrupadas teniendo en cuenta el valor que pretende enseñar.