miércoles, 22 de julio de 2009

De mi gusto personal

Existen autores que al conocerlos mediante sus obras, es difícil desprenderse de la magia cautivante de cada una de sus líneas. Este es el caso de Celso Román, quien tiene una manera muy singular de envolver al lector en sus temas cotidianos y a la vez entretenidos.

Tuve la oportunidad de involucrarme en sus obras por simple casualidad, en mi trabajo como docente hace algunos años con "El libro de las ciudades". Me impactó la forma tan sencilla de describir el mundo, de permitirle al lector que imagine y encuentre razones propias para amar y cuidar este bello planeta que nos fue dado como casa y que no siempre hemos valorado. Después encontré cuentos tan hermosos como "El hombre que bajó la luna", "Los animales domésticos y electrodomésticos" y "El niño que quería saberlo todo". Finalmente, hallé en su obra "El imperio de las cinco lunas", premiada en 1.998 con el Premio Latinoamericano de Literatura Juvenil Norma Fundalectura, un mundo fantástico, mágico, inesperado y atractivo para jóvenes y adultos.

Hoy me declaro admiradora del trabajo que Celso Román realiza para lectores y escritores soñadores como yo, y aún continúo admirando sus obras sin importar a qué tipo de público se supone, va dirigido.

Para recordarlo un poco, escribo aquí uno de sus hermosos poemas que mis estudiantes de grado segundo han disfrutado y aprendido con mucha gracia.


Señor Burrito

Señor Burrito
se puso las gafas
se sentó en la butaca
y abrió su periódico.
"Qué idioma tan raro",
se dijo extrañado,
!"Yo que soy tan sabio...
y no puedo entender!"
Y lo que pasaba
era que tenía
el papel ¡al revés!

No hay comentarios:

Publicar un comentario