Deseo que la nochebuena haya estado colmada de unión familiar, fiesta y alegría. Todo lo contrario le sucede a la niña del cuento de Hans Christian Andersen, "La vendedora de cerillas", quien daría lo que fuera por estar con sus seres queridos, jugar, cantar, cenar y reir como cualquier otro niño que celebra la navidad en compañia de sus padres.
Una historia triste de principio a fin, si tenemos en cuenta que los cuentos clásicos normalmente terminan de manera positiva y motivante para los niños. No intento ser cruel, pero desde mi punto de vista de adulto, creo que para la protagonista, aquel final fue lo mejor que le pudo haber pasado. Consideren ustedes.
Profe, que cuento tan lindo y corto, pero bueno estuvo muy lindo. El cuento me dejó como moraleja, que siempre que podamos debemos ayudar a los pobres.
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