domingo, 27 de marzo de 2011
La leyenda del murciélago
jueves, 24 de marzo de 2011
De la mano de Gianni Rodari
domingo, 20 de marzo de 2011
La marcha de mi tía Clementina
Mi tía Clementina se va al mercado,
con un zapato verde y el otro colorado.
En la pollería se compra un pollito,
y sigue caminando seguida del pollito, pío, pío.
Mi tía Clementina se va al mercado...
En la sapería se compra un sapo,
y sigue caminando seguida del sapo, croa, croa
y del pollito, pío, pío.
Mi tía Clementina se va al mercado...
En la pavería se compra un pavo,
y sigue caminando seguida del pavo, plaplaplapla, y del sapo, croa croa
y del pollito, pío, pío.
Mi tía Clementina se va al mercado...
En la torería se compra un toro,
y sigue caminando seguida del toro, muuuuuuu
y del pavo, plaplaplapla,
y del sapo, croa, croa,
y del pollito, pío, pío.
Llegando a la esquina la arresta un policía,
por armar escándalo en plena vía,
con la cabeza en alto y mucha valentía, marchando a la cárcel se va mi tía.
Y el toro, muuuuuu,
y el pavo, plaplaplapla,
y el sapo, croa, croa,
y el pollito, pío, pío,
y el policía.
El juez dicta sentencia con gran cordura,
la dejo en libertad por razones de locura.
Mi tía vuelve a casa de su viaje al mercado,
con su zapato verde y el otro colorado.
Y el toro, muuuuuu,
y el pavo, plaplaplapla, y
el sapo, croa, croa,
y el pollito, pío, pío,
y el policía.
viernes, 18 de marzo de 2011
El loro pelado
Había una vez una bandada de loros que vivía en el monte. De mañana temprano iban a comer choclos a la chacra, y de tarde comían naranjas. Hacían gran barullo con sus gritos, y tenían siempre un loro de centinela en los árboles más altos, para ver si venía alguien.
Los loros son tan dañinos como la langosta, porque abren los choclos para picotearlos, los cuales, después se pudren con la Lluvia. Y como al mismo tiempo los loros son ricos para comerlos guisados, los peones los cazaban a tiros.
Un día un hombre bajó de un tiro a un loro centinela, el que cayó herido y peleó un buen rato antes de dejarse agarrar. El peón lo Llevó a la casa, para los hijos del patrón; los chicos lo curaron porque no tenía más que un ala rota. El loro se curó muy bien, y se amansó completamente. Se Llamaba Pedrito. Aprendió a dar la pata; le gustaba estar en el hombro de las personas y les hacía cosquillas en la oreja.
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viernes, 11 de marzo de 2011
El twist del Mono Liso
¿Saben saben lo que hizo
el famoso Mono Liso?
a la orilla de una zanja
cazó viva una naranja.
¡Qué coraje, qué valor!
aunque se olvidó el cuchillo
en el dulce de membrillo
la cazó con tenedor.
La naranja se pasea
de la sala al comedor.
No me tires con cuchillo
tírame con tenedor.
A la hora de la cena
la naranja le dio pena,
fue tan bueno el Mono Liso
que de postre no la quiso.
El valiente cazador
ordenó a su comitiva
que se la guardaran viva
en el refrigerador.
La naranja se pasea
de la sala al comedor.
No me tires con cuchillo
tírame con tenedor.
Mono Liso en la cocina
con una paciencia china
la domaba día a día,
la naranja no aprendía.
Mono Liso con rigor
al fin la empujó un poquito
y dio su primer pasito
la naranja sin error.
La naranja, Mono Liso,
la mostraba por el piso,
otras veces, de visita,
la llevaba en su jaulita.
Pero un día entró un ladrón,
se imaginan lo que hizo,
el valiente Mono Liso dijo:
"Ay, qué papelón".
La naranja se pasea
de la sala al comedor.
No me tires con cuchillo
tírame con tenedor.
A la corte del Rey Momo
fue a quejarse por el robo,
mentiroso, el rey promete
que la tiene el gran bonete.
Porque sí, con frenesí
de repente dice el mono:
"Allí está detrás del trono
la naranja que perdí".
La naranja se pasea
de la sala al comedor.
No me tires con cuchillo
tírame con tenedor.
Y la reina sin permiso
del valiente Mono Liso
escondió en una sopera
la naranja paseandera
Mono Liso la salvó
pero a fuerza de tapioca
la naranja estaba loca
y este cuento se acabó.
La naranja se pasea
de la sala al comedor.
No me tires con cuchillo
tírame con tenedor.
domingo, 6 de marzo de 2011
La caricatura literaria
Cuando la caricatura se realiza solo con palabras, se convierte en un tipo de descripción en el que también se deforman o exageran los rasgos del físico o del carácter de un personaje. Esta es, la caricatura literaria.
A UN HOMBRE DE GRAN NARIZ
(Francisco Quevedo)
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una alquitara medio viva ,
érase un peje espada muy barbado.
Era un reloj de sol mal encarado,
érase un elefante boca arriba,
érase una nariz sayón y escriba ,
era Ovidio Nasón más narizado.
Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce Tribus de narices era.
Érase un naricísimo infinito,
frisón archinariz, caratulera
sabañón garrafal, morado y frito.
FORTUNATA Y JACINTA (fragmento)
(Benito Pérez Galdós)
Era una mujer más envejecida que vieja, y bien se conocía que nunca había sido hermosa. Debió de tener en otro tiempo buenas carnes; pero ya su cuerpo estaba lleno de pliegues y abolladuras como un zurrón vacío. Allí, valga la verdad, no se sabía lo que era pecho, ni lo que era barriga. La cara era hocicuda y desagradable. Si algo expresaba era un genio muy malo y un carácter de vinagre; pero en esto engañaba aquel rostro como otros muchos que hacen creer lo que no es. Era Nicanora una infeliz mujer, de más bondad que entendimiento, probada en las luchas de la vida, que había sido para ella una batalla sin victorias ni respiro alguno. Ya no se defendía más que con la paciencia, y de tanto mirarle la cara a la adverdidad debía de provenirle aquel alargamiento de morros que le afeaba considerablemente.