domingo, 17 de febrero de 2013

El origen del olor de los libros: interesante artículo.

Hoy estuve dándome una vuelta por algunos de los blogs a los cuales soy asidua, y me encontré con un sencillo pero buen artículo llamado "El origen del olor de los libros". Me llamó la atención porque me incluyo entre los lectores que aparte de abrir y observar con detalle un libro antes de leerlo, también disfruto de aquel exquisito aroma a nuevo o viejo. 

Les dejo pues el inicio de la entrada y la dirección del blog para que continúen leyendolo. 

Hay lectores que lo primero que hacemos al agarrar un libro es olerlo, poder sentir ese olor a libro nuevo o viejo, pero muy pocos de nosotros sabemos a qué se debe este aroma, que si lo pudiéramos embotellar se vendería como pan caliente, aunque ahora que lo pienso, leyendo acerca de lo que está detrás de ese olor puede que sí se pueda embotellar.   CONTINUAR LEYENDO...






viernes, 15 de febrero de 2013

Ganesha, el dios elefante

(Mitología oriental)

Ganesha, además de ser el dios de la buena suerte, era el dios que ayudaba a eliminar los obstáculos, pues aplastaba con su trompa todo tipo de dificultades. En India se cree que el elefante es un animal muy inteligente; por ello a Ganesha se le considera como el dios más inteligente de todos. 


Shiva y Parvati tuvieron un hijo al que llamaron Ganesha. Un día, siendo Ganesha pequeño, se puso a jugar y a hacer travesuras molestando a su padre que, enfadado, le cortó la cabeza. Pero no se preocupen, a los dioses eso no les hacía daño y además, siendo Shiva el dio de la destrucción era normal que reaccionara así. Pero también era el dios de la renovación, por eso para solucionarlo, se le ocurrió después ponerle al niño la cabeza de un elefante, de modo que el dios Ganesha se representaba siempre así: con el cuerpo de un humano y la cabeza de elefante. 

Ganesha, como dios de la buena suerte, era invocado por los escribas y los mercaderes cuando tenían que iniciar algún negocio importante. Por ello también se colocaba una figura de elefante en la entrada de las casas, para asegurar que el dinero y la prosperidad no se escaparan y no faltaran nunca a los habitantes de ese hogar. Se decía también que era un dios muy goloso, amante de los dulces y era frecuente que apareciera con un colmillo roto, pero no se le rompió por comer dulces, sino luchando contra un demonio. Para vencerlo, al final lo convirtió en un ratón y, es curioso, ¿no saben que a los elefantes, a pesar de su gran tamaño y fuerza, tienen mucho miedo de los ratones?


jueves, 14 de febrero de 2013

El gran día

(Sandra Milena Peña)


La abejita Serafina,
muy elegante y muy fina
salió de su colmena
a visitar a Gabriel,
un abejorro muy guapo
que viste un gorro solapo
que le canta serenatas
tan dulces como la miel.

Se encontraron en la hoja
de la señora Gorgoja,
una vieja amiga suya
muy discreta y muy fiel
que guardaba con recelo
los secretos de aquel vuelo
y prestaba su refugio
adornado por doquier.

Sus amigas mariquitas,
rojas, bellas, con manchitas,
le consiguen en el bosque
dulce  jalea real
y degustan aquel plato
riquísimo en carbohidrato
antes de explorar las flores
con su auténtico volar.

Con el llegar de la noche
se olvida cualquier reproche
y se despiden nerviosos
por lo que ha de pasar:
-Estaremos siempre juntos,
no olvidemos el asunto
al que al sol de la mañana
nos tendremos que enfrentar.


Muy temprano al otro día
sale hermosa Serafina
a buscar a su abejorro
con quien se ha de casar. 
Va vestidita de blanco
ocultando su gran pánico
volando entre las flores
para llegar al altar.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Roberto Noferoz

(María Alicia Esain)


En el jardín del cazador apareció un lobito perdido. Era negro y con dientes afilados .Se parecía al Lobo Feroz, pero con cara de bueno. Cuando el cazador lo amenazó, él dijo, entre pucheros:
-¡Soy Roberto Noferoz y estoy perdido!

Nunca se había visto por allí a un lobito tan desorientado y mucho menos, tan manso. Al cazador le dio tanta pena que le indicó el camino hasta la casa de la abuelita y le recomendó:
-Ve por el camino largo, ahí nadie te va asustar. Y dile a la abuela que te indique cómo seguir…

Roberto se confundió y se fue por el camino corto donde unos pajaritos le dieron un susto tremendo. Cuando la abuela lo vio llegar, tomó la escoba para espantarlo. Le vio la cara de bueno y escuchó:
-¡Soy Roberto Noferoz y estoy perdido!- y casi llorando siguió el lobito- El cazador me dijo que usted me ayudaría.

Entonces la abuela se conmovió y le explicó cómo ir hasta lo de Caperucita, porque ahí su nieta lo ayudaría. Le dio unos bizcochos y le dijo que caminara por el camino más largo, porque por ahí no andaba casi nadie.

Roberto se confundió y se recorrió el camino más corto. Se le cruzaron unos ratones que casi lo desmayan del susto…El lobo llegó a lo de Caperucita…Ella temblaba de miedo… Pero le vio la cara de bueno mientras le oyó decir:
-¡Soy Roberto Noferoz y estoy perdido!

Como era tarde, lo invitó a pasar. Adentro estaba la mamá, enferma en cama. Se había pescado una gripe cuando salió sin abrigo una noche a ver si venía el Lobo Feroz.

Roberto Noferoz y Caperucita prepararon té y compartieron con la mamá los bizcochos de la abuela mientras miraban dibujitos en la TV.

A la mañana siguiente, cuando se levantaron, vino el cazador a avisar que el Lobo Feroz esperaba a su hijo en la otra punta del bosque y que le había prometido no molestar a quienes habían sido tan buenos con Roberto.



lunes, 11 de febrero de 2013

El patetarro

(Leyenda colombiana)

El patetarro es un ser gigantesco de apariencia fea, peluda, sucia y desgreñada que habita en los montes y parajes recónditos en las zonas mineras de Antioquia, Chocó, Cundinamarca entre otras regiones de Colombia. Al patetarro le falta una pierna, que ha reemplazado por un palo de guadua, que a su vez parece un tarro el cual usa para hacer sus necesidades. Cuando el tarro está lleno de inmundicias, lo derrama en algún sembrado y allí nacen gusaneras y plagas que arruinan las cosechas y traen desgracias consigo. 

Su presencia por los campos es pestilente y se considera como anuncio de calamidad, muerte e inundaciones. Dependiendo de la región en que aparece, cuentan que es hombre o mujer. Sus gritos son macabros y sus carcajadas histéricas y psicóticas; se escucha en las profundidades de las minas y en las hondonadas de los riachuelos, sobre todo en las noches lluviosas oscuras y tenebrosas. Su presencia es anunciada con el aullido de los perros, el movimiento de los árboles y el rozar de la hojarasca. 

Cuenta la leyenda, que el patetarro se mete en las noches a las fincas a robarse las gallinas, y antes de ser descubierto, los campesinos pensaban que era algún tigre o animal salvaje que rondaba por la región. Pero un día en que esperaron en silencio en la noche a que ocurriera el alboroto,  se encontraron con un hombre que del afán metió un pie en un balde lleno de estiércol y huyó entre los árboles.  Desde entonces, en venganza deambula por los campos devastando cosechas y trayendo desgracia. 


jueves, 7 de febrero de 2013

Por el alto río

(Nicolás Guillén)

Por el alto río, 
por la bajamar, 
Sapito y Sapón
se han ido a jugar.

En una barquita
de plata y cristal,
ayer por la tarde
los vieron pasar
con Pedro Gorgojo,
con Pancho Pulgar
con Juan Ropavieja
y Aurora Boreal.

¡Qué suave era el viento,
qué azul era el mar, 
qué blancas las nubes
en lento vagar,
qué alegres las islas
de rojo coral!

Por el alto río,
por la bajamar,
Sapito y Sapón
se han ido a jugar.