martes, 3 de noviembre de 2009

Fábulas para un día como hoy

¿y qué tiene de especial este día? Pues aparte de que ha estado un poco frío, sin mucho sol, lluvioso desde temprano, es una buena oportunidad para distraerse y leer dos fábulas de Miguel Agustín Príncipe. Son breves, pero con grandes enseñanzas:

La cicatriz.

A Don Juan, Don Diego hirió
y aunque arrepentido luego
curó al Don Juan el Don Diego,
la cicatriz le quedó:
de esto a inferir vengo yo
que nadie, si es cuerdo y sabio,
debe herir ni aun con el labio,
Pues aunque curarse pueda,
siempre al ultraje le queda
el cicatriz del agravio.


El hombre y el asno.


Aunque parezca broma,
Conviniéronse un Hombre y un Borrico
En enseñarse el respectivo idioma;
Y el Burro… ¡suerte impía!
No aprendió ni un vocablo solamente
En dos años de estudio y de porfía,
Entretanto que el Hombre, en solo un día,
Aprendió a rebuznar perfectamente.

No trates con el bruto ni un minuto,
Pues no conseguirás la alta corona
De hacerle tú persona,
Y puede suceder que él te haga bruto.

2 comentarios:

  1. QUE MARAVILLA ES EL ENCONTRAR CON TANTA FACILIDAD EN INTERNET COSAS TAN INTERESANTES COMO LAS ANNTERIORES










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  2. Hermoso! me hace recordar a la abuela

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