sábado, 11 de julio de 2009

La importancia de las rondas infantiles

¿Quién no disfrutó de las rondas infantiles y los juegos tradicionales en su época de infancia, cuando gozábamos tomarnos de la mano para formar una ronda, girar, cantar, jugar, bailar y saltar?

Como maestros, sabemos que el juego representa para el niño lo que para un adulto es el trabajo. Desafortunadamente muchos prefieren embutir conceptos desde temprana edad para que a los cinco años ya sepan leer, escribir, sumar y restar. Lo peor es, que los padres se sienten orgullosos de esta madurez apresurada.
Con las rondas los niños aprenden a relacionarse, a compartir, a fortalecer su confianza y amor por el trabajo en el aula después de jugar, expresarse con su cuerpo, memorizar, desarrollar destrezas, habilidades, valores y actitudes necesarios en su crecimiento.

Hoy traje algunas rondas para recordar. Si estaban guardadas en nuestra memoria, qué mejor momento para sacarlas de nuevo:









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