(Epifanio Mejía)
Joven aún entre las verdes ramas
de secas pajas fabricó su nido:
la vio la noche calentar sus huevos,
la vio la aurora acariciar sus hijos.

Batió las alas y cruzó el espacio,
buscó alimento en los lejanos riscos
trajo de frutas la garganta llena
y con arrullos despertó a sus hijos.
El cazador la contempló dichosa,
y sin embargo, disparó su tiro:
ella, la pobre, en agonías de muerte
abrió las alas y cubrió a sus hijos.
Toda la noche la pasó gimiendo
su compañero en el laurel vecino:
cuando la aurora apareció en el cielo
bañó de perlas el hogar ya frío.
Joven aún entre las verdes ramas
de secas pajas fabricó su nido:
la vio la noche calentar sus huevos,
la vio la aurora acariciar sus hijos.

Batió las alas y cruzó el espacio,
buscó alimento en los lejanos riscos
trajo de frutas la garganta llena
y con arrullos despertó a sus hijos.
El cazador la contempló dichosa,
y sin embargo, disparó su tiro:
ella, la pobre, en agonías de muerte
abrió las alas y cubrió a sus hijos.
Toda la noche la pasó gimiendo
su compañero en el laurel vecino:
cuando la aurora apareció en el cielo
bañó de perlas el hogar ya frío.
Precioso. Nunca dejes de escribir, me encanta tu blog.
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